EDUARDO BAYONA ESTRADERA

En portada, algunas de las cámaras y objetivos que empleo. Todas las fotografías, imágenes y textos publicados en este blog han sido disparadas, diseñadas y escritos por Eduardo Bayona Estradera.






domingo, 24 de enero de 2016

SELFIES, LOS AUTORETRATOS DE TODA LA VIDA

A pesar de parecer algo narcisista, egocéntrico y autocomplaciente, os presento algunas fotografías de autoretratos, los "selfies" que llaman ahora, que me he ido haciendo en distintos lugares de Zaragoza, algunos con personas que fotografiaba para el periódico. En el fondo lo que hacía era hacer fotos a las cámaras que tenía en la mano.
1978 con la Yashica Mat de medio formato, o sea negativo de 6 x 6 cm

1986 antiguo Casino Mercantil, hoy sede de Cajalón, disparado con la Canon F1, película en blanco y negro de 35 mm Kodak Tri-X y revelado con D-76.

Uno de mis autoretratos favoritos, disparado con la cámara T90 de Canon, la primera cámara electrónica de la marca, en los pasillos del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, durante una exposición. Finales de los ochenta.

1990 Con Mauro Galindo, director de la Escuela de Danza de Zaragoza
y mi T90.
Escuela de Teatro 1990 en Romareda

Con la T90 en la calle Mayor en 1991 y mi bolsa de Adidas.


Con Rosy de Palma en los camerinos del Teatro Principal, años noventa

Gimnasio de Benito Escriche, años 90. Yo estoy al fondo del espejo.

Hotel Boston

Academia General Militar. Reflejo en el casco del traje de "bonito" de un alférez en formación.

Paseo de Sagasta

Reflejo en lámpara del pasillo donde se reúne la Mesa de Portavoces de las Cortes de Aragón en la Aljafería.

En un tren, camino de Madrid. Yo es que era ver un espejo y...

En un ascensor de la Diputación General de Aragón.

Con la Canon Eos-1, hace algunos años...




domingo, 10 de enero de 2016

CARTA A MI FUTURO, LA CAPSULA DEL TIEMPO

                     
                                                           Frontal de la carta.

Hace treinta años, el 4 de Mayo de 1986 el periódico EL PAÍS dedicó la revista semanal a las noticias y acontecimientos del decenio 1976-1986 para celebrar su décimo aniversario. 
En aquél momento tenía veintiseis años y se me ocurrió escribirme a mí mismo una carta al futuro, en la que saludaría a mi futura mujer y a mis futuros hijos.
Después lo pensé mejor, y me dije, "ya que envío algo al futuro voy a mandar algo más". Recuerdo que metí en una caja de cartón la carta, varias fotografías,  la revista de EL PAÍS Semanal, una cassette con una canción de cada uno de mis grupos favoritos, Genesis, Supertramp, Pink Floyd, Emerson, Lake & Palmer, The Beatles, The Rolling Stones, etc, alguna revista más, creo que de fotografía o de música, que eran las que compraba en aquél momento de mi vida.
Coloqué más objetos que no recuerdo, desde luego cosas de tamaño pequeño, algún coche de juguete o recuerdo de mi infancia.
La carta en cuestión, aunque es más bien un paquete postal, pesa dos o tres kilos y mide 4x30x40 cm, ha permanecido oculto en la silenciosa oscuridad del altillo de un armario de casa, de esos empotrados y abuhardillados que casi hacen tres metros de alto, entre cajas de juguetes antiguos, sacos de dormir, mochilas...
Se trata de una caja de cartón rígido y hermético. Adjunto unas fotografías del paquete.
El caso es que lo envié diez años al futuro, a 1996... y llegó el día, y me dije, "pues espero diez años más hasta el 2006"... y otra vez me alcanzó el futuro y llegó, aunque en 2006 los coches todavía no volaban como en "Blade Runner" y me dije, "voy a esperar diez años más"... y el futuro ya está aquí, como si fuera un viernes más, o una tarde de otoño.
Así que treinta años después... y antes de que me de un "algo" y no pueda volver a ver el contenido, el 4 de Mayo de 2016 abriré la carta que me envié a mí mismo hace tanto, tanto tiempo, casi una vida.
Seguiremos informando...

                                                  Parte posterior de la carta

P.D. -Tengo dos hijos que también tienen sendas "cartas al futuro" que escribí hace 15 años, con el cambio de milenio, y que deberán abrir cuando cumpla noventa años, o esperar a que los hubiera tenido, porque dudo mucho llegar al año 2049 con tan anciana edad.